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El Poder Judicial le dio 14 años de cárcel a Martín Vizcarra por coimas cuando era gobernador de Moquegua. No es un capítulo más de la serie política peruana: pega directo a la conversación sobre corrupción y reglas de juego.

El tribunal dice que Vizcarra recibió S/ 2.3 millones en sobornos por dos obras: Lomas de Ilo y el Hospital de Moquegua. A cambio, habría movido sus fichas para que ciertas constructoras se lleven los contratos.

Además de la cárcel, tiene 9 años de inhabilitación para cargos públicos y una reparación civil millonaria. Es básicamente una tarjeta roja judicial: no juega en política formal por buen tiempo.

Perú ya tiene un “club” de expresidentes con procesos penales y prisiones preventivas dignas de maratón en Netflix. El mensaje es mixto: sí hay riesgo real para políticos acusados de corrupción, pero también se refuerza la idea de un sistema político crónicamente inestable.

Para los negocios, esa combinación importa. Más ruido político suele significar reformas trabadas, cambios de reglas a última hora y congresistas tratando de ganar puntos con leyes populistas.

Vizcarra va a apelar y ya viene diciendo que todo es "venganza". Mientras tanto, se abre la puerta para que su entorno construya una nueva candidatura “heredera” usando el discurso antiestablishment.

En el corto plazo, no deberías ver un impacto directo en dólar, bonos o chamba. Pero sí es otra alerta de que el riesgo político peruano no se va de vacaciones.

TL;DR: sentencian a Vizcarra por coimas cuando fue gobernador; pierde cancha política por varios años; la foto grande es más inestabilidad, pero también un mensaje de que la justicia anticorrupción puede pegar fuerte.

Fuente: Diario Gestión.

Komatsu-Mitsui abrió en Arequipa su primera sucursal “sostenible” para atender a construcción y minería. Piensa en un taller de maquinaria pesada versión Tesla showroom, pero con olor a grasa.

La nueva sede, con infraestructura reportada en 432 m² y una inversión de casi USD 2 millones, ofrece mantenimiento y soporte para clientes del sur. La gracia no es solo el tamaño, sino el diseño.

Tiene paneles solares, luces LED con sensores, griferías de bajo consumo, urinarios secos y uso intensivo de luz natural. También incluye accesos y señalización para personas con discapacidad y de baja estatura.

Esto no es un capricho arquitectónico. Komatsu-Mitsui lo mete dentro de su Hoja de Ruta Ambiental 2030, donde se han puesto metas como reducir 30% de su huella de carbono en Perú y llegar a carbono neutral en su sede del Callao.

En paralelo, la empresa ya había metido plata en Arequipa modernizando almacenes y talleres. Es como si estuvieran jugando SimCity versión minería: primero la infraestructura, luego el resto del mapa.

Porque los grandes clientes mineros ya no miran solo precio de la máquina: miran también qué tan “verde” es su proveedor. Si Komatsu se posiciona bien con este tipo de sedes, puede ganar terreno frente a otros gigantes como Caterpillar.

Y si trabajas en cualquier empresa que vende B2B, esta es la señal de que ESG ya no es PPT de consultora, sino criterio real de compra.

TL;DR: Komatsu-Mitsui invierte casi USD 2 millones en una sucursal ecofriendly en Arequipa; forma parte de su plan 2030 de bajar emisiones y competir mejor en un mundo donde la minería también pide credenciales verdes.

Fuente: Semana Económica.

1) Pollos mirando a Asia 🐔. Perú volvió a ser país libre de gripe aviar y el sector avícola ya piensa más allá del mercado local. Senasa está trabajando para abrir China, Japón y Singapur para carne de ave, mientras habilita nuevas plantas para exportar a Bolivia. ¿El reto? Mantener los estándares sanitarios a nivel Champions League, porque un brote mal manejado te cierra mercados de un día para otro. Si el plan sale bien, los pollos peruanos podrían convertirse en un nuevo producto estrella de exportación, más allá del clásico pollo a la brasa.

2) Desempleo baja, pero la chamba sigue frágil 😬. La tasa de desempleo nacional bajó a 4.3% en el tercer trimestre, con 17.6 millones de personas ocupadas. Suena bien, pero hay truco: casi la mitad de esos puestos son “vulnerables”, o sea, trabajos que se pueden perder rápido si la economía se enfría o el negocio se cae. Hablamos de gente en chambas informales, temporales o de muy baja paga. En cristiano: hay más gente trabajando, pero una parte grande está parada sobre piso resbaloso, sin mucha red de seguridad.

3) Arequipa quiere ser hub de hidrógeno verde ⚡. La Embajada Británica y el Gobierno Regional de Arequipa contrataron a Hinicio, consultora belga, para diseñar cómo debería funcionar un hub regional de hidrógeno y derivados. El estudio durará cuatro meses y se enfocará en mapear actores, definir quién manda qué y armar una hoja de ruta. El objetivo final es aprovechar el potencial de energías renovables del sur para producir hidrógeno que pueda usar la minería, el transporte pesado o incluso exportarse. Es el tipo de proyecto que, si cuaja, puede cambiar el perfil productivo de la región a largo plazo.

El Congreso viene debatiendo el Presupuesto Público 2026 por S/ 257,561 millones, apenas 2.28% más que el del 2025. En cristiano: el presupuesto público es la lista anual de cuánto dinero tiene el Estado y en qué lo va a gastar. Sobre el papel todos hablan de “responsabilidad fiscal”, pero en la práctica cada bancada llega con su wishlist digna de carrito de compras de Black Friday.

El MEF puso sobre la mesa un presupuesto que crece poco en términos reales. La idea oficial es no seguir inflando el déficit, que ya viene por encima de la regla fiscal hace varios años.

Las bancadas, eso sí, quieren meterle de todo: aumentos de sueldos para enfermeras, jueces, trabajadores de Midagri, homologaciones de Cafae y más. En resumen, más gasto permanente, justo la categoría que después es casi imposible recortar.

Mientras algunos voceros repiten que no hay que “gastar por gastar”, muchos de sus pedidos van exactamente en esa línea. Piden más recursos para seguridad, salud, educación y programas sociales, pero casi nadie dice de dónde saldrá la plata.

El riesgo es que terminemos con un presupuesto que parece plan de datos ilimitado, pero pagado con tarjeta casi al tope. Eso genera ruido para calificadoras, inversionistas y, al final, para el costo del crédito que paga todo el país.

Porque de este presupuesto salen cosas tan tierra como tu posta de salud, la comisaría de tu barrio o la inversión en carreteras que usa el negocio donde trabajas. Y porque si el Estado se sobreendeuda, después suben impuestos o se recortan programas.

TL;DR: el Congreso discute un presupuesto 2026 que crece poquito; todos hablan de ser responsables, pero empujan más gasto fijo; si la cosa se desborda, sube el riesgo país y el Estado queda con menos margen para crisis futuras.

Fuente: Diario Gestión.

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