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¿Te da lata leer? We got you, ahora puedes escuchar el audio-resumen de esta edición.

Los discounters tipo Tiendas Mass y 3A (ambas del Grupo AJE) ya no solo le compiten a la bodega: algunas bodegas incluso se están abasteciendo ahí. El retail peruano está jugando modo "torneo local intenso", pero en la esquina de tu barrio.

LOCK Research & Insights encuestó a 1,729 bodegueros en todo el país. Solo 16% dice sentir el golpe directo del discounter, pero donde pega, pega fuerte: venden menos, sobre todo en alimentos básicos (arroz, fideos, azúcar) y limpieza del hogar. Es la parte del carrito que nadie puede dejar de comprar.

Nota para los que escuchan el concepto por primera  vez: Un discounter es una tienda de autoservicio de bajo costo con surtido corto y precios agresivos, distinta a un supermercado tradicional por su eficiencia y foco en marcas económicas.

Lejos de quedarse cruzadas de brazos, las bodegas están reaccionando en varias direcciones: 36% amplió su surtido, 16% bajó precios y casi 30% ajustó inventarios para no quedarse cortas. El estudio también muestra dónde duele más la competencia: 33% identifica el mayor impacto en alimentos básicos y 8% en limpieza del hogar. Y el dato que cambia el partido: 7% de bodegas ya se abastece en discounters, aprovechando precios bajos y promos para productos de alta rotación 🔁.

Para el consumidor, esto se traduce en más variedad y mejores precios en ambos lados del mostrador. Para cualquiera que trabaje en consumo masivo, la señal es clarísima: la próxima disrupción no viene de un pitch en San Isidro, sino del mix bodega–discounter que ya se está cocinando en varios barrios del país. Piensa en esto como un crossover de Netflix: dos formatos que antes competían ahora también se alimentan entre sí.

TL;DR: Los discounters ya no solo le quitan clientes a la bodega: algunas bodegas se abastecen en ellos. Más competencia, más presión por precios bajos y bodegueros obligados a ponerse la camiseta de gerente comercial. 📊

Fuente: Perú Retail

A un mes de cerrar el año, los municipios tienen casi S/ 12,000 millones de presupuesto de inversión sin usar. Sí, la plata está, pero las obras no aparecen por ningún lado.

Las municipalidades arrancaron 2025 con S/ 23,723 millones para invertir en pistas, parques, agua, colegios, etc. Al 27 de noviembre, casi la mitad seguía en la banca. Hay 723 municipios que no han ejecutado ni el 50% de su presupuesto, 97 que no llegan a 20% y 25 que ni al 10%. Es como darle presupuesto de Champions a un equipo que aún está aprendiendo a armar su primer Excel.

El problema no es solo corrupción (aunque ayuda poco), sino capacidad de gestión: expedientes mal hechos, procesos lentos, cambios de alcaldes y equipos sin gente técnica. Plata hay, pero faltan ingenieros, abogados y planners que sepan navegar Invierte.pe (el sistema oficial para aprobar proyectos públicos).

Menos ejecución local = menos chamba en construcción, menos contratos para pymes y menos movimiento en la economía de tu distrito. También pega en tu calidad de vida: pistas rotas, parques a medias, obras paralizadas. Si trabajas en consultoría, construcción o servicios a gobierno, esto es un mapa gigante de oportunidades… y frustraciones.

TL;DR: Los municipios se van a quedar con cerca de la mitad de su presupuesto de inversión sin usar. No es falta de plata, es falta de gestión. El efecto: menos obra, menos chamba y más huecos en la ciudad. 😬

Fuente: Diario Gestión

Marcobre, dueña de Mina Justa en Ica, quiere pasar de partido de 90 minutos a tiempo extra: planea meter US$ 391 millones para abrir una operación subterránea y extender la vida de la mina hasta 2044. La idea es sumar una mina bajo tierra a la operación a tajo abierto, usando la misma planta y reforzando infraestructura como relaves, energía y campamento. Traducción al cristiano: más años de producción de cobre, más chamba en la zona y un mensaje claro al mercado de que el proyecto va para largo. El gran “pero” será el tiempo que demoren los permisos ambientales y las nuevas relaciones con comunidades alrededor. ⚙️ Fuente: Semana Económica

Rafael Belaúnde, precandidato presidencial por Libertad Popular, se salvó de milagro cuando el auto en el que viajaba recibió varios disparos en Cerro Azul, Cañete. Nadie salió herido, pero el caso obligó a la Policía a activar el “Plan Cerco” y reavivó la conversación sobre seguridad en plena antesala de las elecciones de abril de 2026. El presidente del JNE pidió refuerzo de garantías para todos los candidatos y figuras como Keiko Fujimori condenaron el ataque. Más allá del color político, el mensaje es simple: si la campaña se vuelve terreno del crimen organizado, perdemos todos. 🧨 Fuente: CNN Latinoamérica

UnitedHealth Group decidió vender Empresas Banmédica (un gigante privado de salud con clínicas, isapres y operaciones en Chile y Colombia) al combo brasileño–regional Patria Investments + Linzor Capital. La operación incluye clínicas grandes, redes ambulatorias y aseguradoras, y todavía necesita luz verde de reguladores en ambos países. ¿El gran perdedor? Auna, el grupo peruano que venía intentando comprar esos activos para coronar su expansión regional. Para el mapa de salud privada andina, esto significa que el control se concentra más en fondos de inversión extranjeros y que el juego se pone cada vez más financiero y menos “familia de médicos”. 💉 Fuente: Semana Económica

Para 2026, el Estado tiene en vitrina más de US$ 16,000 millones en proyectos de infraestructura. Sobre el papel, es un Marvel Cinematic Universe de obras; en la vida real, falta ver cuántas salen de la fase tráiler.

En la lista hay de todo: Obras de Cabecera Fase I (agua para Lima) por más de US$ 6,600 millones, la adenda de la Línea 1 del Metro, carreteras como IEPA Sechura, el Plan de Transmisión 2025–2034, hospitales y adendas en gas natural. Son 53 proyectos APP (Asociaciones Público-Privadas) y PA (Proyectos en Activos), más 9 adendas. Y todavía hay un universo paralelo de Obras por Impuestos esperando turno (un mecanismo donde una empresa financia una obra pública y luego descuenta ese monto de sus impuestos).

Más o menos US$ 9,900 millones quedarían para el nuevo gobierno que entra en julio de 2026. En cristiano: es plata "en la cola" de ProInversión que solo podrá avanzar cuando el próximo gobierno firme, priorice y habilite permisos; sin ese visto bueno político–técnico, los proyectos no arrancan ni con toda la buena vibra del mundo. Año electoral = más política, menos velocidad. Ya conocemos la peli: anuncios grandes, powerpoints bonitos, pero los cuellos de botella aparecen en permisos, arbitrajes y cambios de prioridades.

Si estás en construcción, banca, legal o consultoría, este portafolio es pipeline de proyectos, contratos y fees. Pero ojo: hasta que no se firme contrato y se mueva tierra, todo es “deal en evaluación”. Piensa en esto como una lista de espera de conciertos: muchas reservas, pero recién cuenta cuando te llega el QR.

TL;DR: Hay más de US$ 16,000 millones en obras en carpeta para 2026, pero buena parte dependerá del próximo gobierno. Oportunidad brutal de chamba e inversión, con el clásico riesgo peruano de quedarse en powerpoints. 🥲

Fuente: Diario Gestión

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